El programa ‘YO SÍ PUEDO’ avanza en su proceso de alfabetización
Flor Gertrudis Parra, residente en el departamento del Meta desde hace más de 40 años y originaria de Tunja (Boyacá), dice: «No tuve el privilegio de estudiar, apenas aprendí a leer y escribir, y aquí estoy. aprendiendo.
Recibe su formación a través del programa “Yo Puedo Cambiar la Historia”, que tiene como objetivo bajar la tasa de analfabetismo en Villavicencio. Entre sus 50 sedes docentes se encuentra la Institución Educativa Alfredo Molano Bravo, donde es estudiante la señora Flor Gertrudis, de 62 años.
Flor Gertrudis, vecina del Meta desde hace más de 40 años y oriunda de Tunja (Boyacá), dice: “No tuve el privilegio de estudiar, apenas aprendí a leer y escribir, y aquí estoy aprendiendo.
Flor Gertrudis, actual vecina del barrio San Antonio, tomó la decisión de inscribirse en el programa «Yo S Podemos» porque «estamos aprendiendo como niños de primer grado, a escribir, a leer y a combinar las palabras».
Su trayectoria educativa apenas comienza, pero tiene un notable deseo de triunfar y aprender estas habilidades. Ha demostrado que es una estudiante apasionada y dedicada que trabajará duro para completar su programa de formación. También ha aceptado y aprovechado las oportunidades de aprendizaje que están cambiando su vida con el estímulo constante de los profesores.
Ella participa en este programa, como muchos otros adultos hoy en día, con el objetivo de empoderar a las personas para que alcancen sus objetivos educativos y personales. Sirven como ejemplos de cómo la educación y la tenacidad desempeñan papeles clave para superar los obstáculos.
Flor Gertrudis pensó: «No importa la edad que tengamos, es lindo sumarnos a este grupo que nos brinda el alcalde Dr. Harman, así que debemos aprovechar. Nunca es tarde para aprender y este programa ofrece adultos los recursos que necesitan para aprender a leer, escribir y habilidades matemáticas básicas, así como clases de emprendimiento, música e idiomas.
Su historia sirve como recordatorio del valor de garantizar que todos los miembros de la comunidad tengan acceso a la educación, así como del poder transformador que tiene la alfabetización. También sirve como recordatorio de que toda persona tiene derecho a la educación, independientemente de su edad, y que la educación es un derecho fundamental.
